Al entrar en España, va cayendo la tarde...
En los picos, el sol se eleva
eternamente.
—El mundo se abre—.Y los techos de pizarra
se quedan en el foro
de los pueblos franceses.
La torre de Sallent repica allá en el fondo.
—Es
domingo—. La brisa juega en las peñas verdes
El ocaso es más
puro cada vez. Huele el sur
más.Es más claro el ondear de las
mieses.
Por los prados con flor, en una paz de idilio,
mujen, echadas, mansas
vacas rosas de leche.
El habla del zagal nos toca el corazón.
La patria
va alejando, maternal, a la muerte...
Ventura, soledad, silencio. Las esquilas
llenan, cual las estrellas el cielo, el campo alegre.
Silencio, soledad, ventura.
El agua, en todo,
canta entre el descendente reír de los cascabeles...